3.4.07

300




Por Marcos Vieytes


Frank Miller es un afamado historietista estadounidense que parece haber llegado al cine para quedarse. Un par de años atrás, Robert Rodríguez estrenó Sin City con Bruce Willis, Mickey Rourke y Carla Gugino entre otros, y ahora Zack Snyder, el director de la remake de Amanecer de los muertos de George Romero, hace lo propio con 300, comic en el que Miller da cuenta de la resistencia de tres centenares de espartanos contra el innumerable ejército persa, enfrentado –en el mejor de los casos- a una victoria pírrica, diezmada en su valor por la cantidad de bajas, el fortalecedor efecto moral sobre la nación griega y la humillación histórica ante los ojos de la posteridad.

Lo curioso de esta adaptación de una historieta de Miller es que acaba invocando el fantasma fonéticamente familiar de Cecil B. De Mille, hace siglos confinado al rincón más polvoriento de la historiografía, al tártaro avinagrado del cinéfilo estadístico. Pero sucede que el imperio de la tecnología digital, instalado tan arbitrariamente como cualquier otro, y su cuantitativo y vano uso por parte de la industria se parecen demasiado a la ornamental y geométrica idea del cine (licuación didáctica del pathos que atraviesa la obra de Griffith) de quien fuera el rey de los mamotretos pseudo bíblicos y demás. De hecho, la secuencia de 300 en la que el rey Leónidas ve desde lo alto de una roca el mar encabritado tragándose a las naves persas no es más que una reproducción, consciente o no, de la iconografía sobre Moisés y el episodio del Mar Rojo registrado en el Pentateuco bíblico.

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